EMGESA CAMBIO EL RÍO POR CEMENTO Y LOS ALCALDES, DESARRAIGO POR OLVIDO
Los asentamientos La escalereta,perteneciente al municipio de Altamira,San jose de taperas del Agrado y Montea de Gigante, es hoy una bomba de tiempo. Las víctimas del desalojo por parte de la multinacional emgesa en complicidad,con el gobierno de la época y la mermelada que sirvió para arrodillar a la mayoria de politicos hoy en contienda,no calcularon el sentir de una comunidad desarraigada,y al mismo tiempo aprisionada por la misma injusticia.
Quienes se creyeron favorecidos y solucionaron sus inconvenientes de bancarrota,fueron los finqueros grandes,que no tuvieron reparo en negociar dignidad, por una mesa bañada en whisky,a su vez ese trago les alcanzó para comprar fincas en otros lares;los que no, los jornaleros, han tenido que quedarse al margen de las máquinas que entró la empresa a derribar sus casas de bahareque, aplastando la historia,acompañados del esmad,que vigilaban a los invasores para no ser atacados por la invadidos.
Emgesa, a su vez responde a los jornaleros,sumando.multiplicando, amenazando,y dividiendo a suerte, moles de cemento, mientras a unos les dio a otros les negó, dejándolos a la deriva, en el desamparo,la humillación y el desarraigo,sin dolientes,que en este caso eran los alcaldes.
El alcalde de Altamira parece una nebulosa,no asume la acción histórica que le corresponde,exigiendo a emgesa el cumplimiento de la compensación, para todos, la alcaldesa del Agrado, ,les ha permitido a la multinacional hacer lo que quieren por encima de la realidad de su pueblo, asumió como empalme una confusión, dejando que sea la injusticia y el olvido, quien imponga actividades y acciones que no son el sentir de la comunidad, sino el capricho de emgesa que en el camino, les cambio realidad por fantasía incumpliendo lo pactado que no fue lo prometido,y con solo pavonearse un grupo de uniformados de azul,hacen presencia en racimos a reuniones para nada,dejando pasar el tiempo, mientras la vía perimetral no va a ninguna parte, y la salida necesaria del agrado a paicol favoreciendo la producción de café, no es una realidad sino una afrenta.
El alcalde de Gigante, arrancó bien,pero las talanqueras, los palos en la rueda y los tropiezos,le desviaron su ruta a la empresa que le mojó la pólvora,los miradores para su comercio turístico,los centros de producción, las adecuaciones públicas y todo eso que sonó como una orquesta celestial,quedó reducida a encontrarse que emgesa en Gigante, pasaron de invasores a legítimos amos.
Mientras los alcaldes del Agrado,Altamira y Gigante, estén pensando que es mejor el cemento que su comunidad, tendrán que resistir un duro revés, de vender su pueblo a cambio de nada,creyendo que es mas fuerte el olvido, que la memoria y el desarraigo.
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