EL PARAÍSO DE LOS LOS POLÍTICOS .EN EL HUILA
Los datos sobre el Huila, dibujaban la existencia de una profunda desigualdad, de la estructura social. Un informe sobre la desigualdad social de la región, señala que unos viven con el 48% del ingreso total, mientras que el resto lo hace con el 1,6%. Dos hechos siguen siendo bien preocupantes. La vigencia de los políticos corruptos y en segundo lugar, nuestra mansedumbre-la conclusión que puede sostenerse es que el Huila, sigue siendo altamente desigual en cuanto a ingresos en servicios como educación, salud, agua, electricidad, condiciones de higiene, etc. Este hecho es todavía más preocupante por cuanto son los políticos, los factores que determinan el bienestar y las oportunidades de las personas y de la comunidad.
Aun cuando al nivel del aumento de la pobreza registrada en estos últimos años está directamente vinculada a la corrupción de la clase política y los efectos de la crisis que causan, también debe apuntarse que existe un cierto consenso en estimar que, el impacto sería menor en la medida en que reaccionemos al comportamiento económico de la región ante la actual, recuperar la memoria, puede representar una oportunidad para reducir el nivel de pobreza absoluta y, especialmente, con rechazar personas y actos que atenten contra la comunidad.
Podemos permitir que el Huila, acorte su nivel de pobreza respecto con los esfuerzos de los gobiernos y la sociedad civil, tratando de romper con las fuertes estructuras históricas que enmarcan la pobreza nuestra: construir instituciones políticas y sociales más abiertas; evitar que las instituciones lleven políticas económicas redistributivas regresivas en tiempos de crisis; universalizar los servicios públicos y potenciar que la población pobre acceda a ellos (especialmente educación, salud, agua, electricidad, tierras cultivables y derechos de propiedad); reformar los programas de transferencia de ingresos para que lleguen al segmento poblacional más necesitado. En definitiva, situar la reducción de la pobreza y la lucha contra la desigualdad social no es solo una prioridad de justicia y bienestar social sino una exigencia clave para que el Huila, evite caer en su patrón habitual de crisis de toda índole, eliminando las barreras que minan el proceso de desarrollo en sí y podamos convertirnos como una región definida por su prosperidad económica, política y social