EN ACEVEDO DOÑA RITA, LA MULA.
La mula de Acevedo, no es mula, ni es retinta, es una vieja pequeñita, de vozarrón, que toma trago en las cantinas, mientras arregla los pleitos a su manera.
Hace poco en las fiestas de Acevedo, doña Rita, "la mula" inaugurando las cantinas, vestida de botas perrero y sombrero, a punta de trago dobles, calentó el ambiente que pasó a mayores, de un solo tiestazo, abrió la mesa despaturrando borrachos, al tiempo que se trenzaba a botella con quienes le respondían. Al final, Al hospital de Acevedo llegaron los primeros heridos y todos despachados a puño y botella por doña Rita, la mula.
Por este incidente, Doña Rita, fue conducida con dos policías a su casa, porque no se dejó meter, estando a la medida, en un calabozo hecho para ella, y cuando todos pensaban que la "mula" dormía la rasca, apareció en su campero destapado, echando tiros al aire y arrastrando en su huída, por la calle de las ferias, toldos, fritangas, borrachos y un poste atravesado que tumbo de tajo, mientras gritaba enfurecida, ábranse hijueputas…
El domingo después de fiestas, el padre en el púlpito, habló de todo, increpó borrachos, denunció vagabundas, pero nada dijo de Doña Rita. "La mula" que permanecía atenta en primera banca, vestida de macho, mostrando la punta de un billete de cincuenta que asomaba en el bolsillo de su camina.
Días después, la inspección de policía, ordenó de oficio, conducir a la "mula". a la estacion de policia,tres agentes, durante la mañana, golpearon el aldabón de la puerta de la casa de doña Rita, que a las doce del día, abrió,trajeada de sombrero, botas y perrero, con un matorral de hierbas contra el guayabo, amarradas con trapos húmedos por toda la cabeza.
Un agente le informo a doña Rita," la mula" el objetivo de la visita, doña rita sin chistar palabra, abrió de par en par el portón, subió a su campero destapado, al tiempo que los agentes también, y salió en reversa dejando en el suelo media puerta, acelero como en las ferias, cruzó la plaza, le dio la vuelta a la iglesia, pasó por la policía y tomó la calle principal para salir del pueblo. Uno de los agentes aferrado de la silla del campero le gritó -Doña Rita, para dónde vamos?,- a matarnos a Galilea hijueputas.-respondió.
Días después, contando la anécdota, el policía detalló, que lo primero que tiraron fueron las cachuchas, después las escopetas y luego, se botaron ellos.
Hoy doña Rita, como todos los domingos, vestida de macho, sale de misa después de dejar los cincuenta de la limosna, va a pie, sola, pasa por el comando y llega a la cantina de la esquina, y en ayunas, arranca, con un trago doble.