UN COSTEÑO DE AGUA DULCE LLENO DE "MARICADAS"
crónicas de historias contadas
Miguel Parra Méndez
UN COSTEÑO DE AGUA DULCE LLENO DE "MARICADAS"...
Un hombre que dice ser guajiro, que no habla guajiro ni ha montado en burra, llego al Huila, como llegan todos los forasteros, hablando ñoña, Bebiendo ron y mamando gallo.
El Guajiro, tiene pinta de costeño, habla del mar, la pesca y de mamar ron, y cuando se trata de trabajar, recuerda que su estirpe de guajiro viene del conejo, y en dos brincos, está lejos del camello y de meter el julepe.
Hace poco, en la represa, necesitaron un hombre, para enseñar a manejar lanchas con motor fuera de borda y el Guajiro, que se ofreció, nunca llego al sitio, a la cita, ni al trabajo, la explicación la dio en mero Guajiro,..." eche.. .es que se olvido trabaja y en "mojao" menos...
Al Guajiro, le explicaron, que lo necesitaban para manejar lancha, que aunque es en el agua, no es metido ni mojado, sin embargo el costeño, se negó.
Pocos días después del incidente de la lancha, apareció el guajiro, con un reguero de billetes de lotería, rifas de todo lo imaginable, sin sellos, sin firmas, sin responsable y sin fecha. En venganza los "loteros honrados”, lo denunciaron y termino en el pabellón 4 de la cárcel allí, sin lancha, sin agua, sin burra, y sin lotería, anda con escapulario y camándula, como un predicador, que habla de milagros del camino al amor, y el bien apoyado por un grupo de oración, y vendiendo la idea, que los guajiros tienen gracia divina...
Y eso ha hecho, el guajiro, levantarse un novio, y exigir el derecho al permiso conyugal, que le negaron de tajo, porque en la guajira eso puede ser normal, pero aquí es un horror, que el guajiro convirtió en tutela, y la tutela le fallo, diciéndole al director, que el recluso tenía derecho al afecto, el director argumento, que allí todos tiene derecho al afecto, pero no a las "maricadas.